Tras meses de obras, ya han concluido las obras de remodelación de la calle Olegario Domarco Seller en el barrio de Carrús para convertirla en peatonal. A falta de pulir los últimos detalles, la inauguración será el sábado 4 de febrero. Los trabajos han supuesto una reordenación urbana cofinanciada con fondos EDUSI y permitirá aumentar la calidad de vida de los vecinos generando un entorno urbano más sostenible, habitable y saludable con nuevo mobiliario urbano y vegetación, además de realizar  la conexión con la futura Fachada Este del barrio. Se ha actuado sobre cerca de 9 mil metros cuadrados y se ahorrarán más de 34 toneladas de dióxido de carbono al año. En esta calle sólo se permitirá la circulación de los vehículos de los vecinos para acceder a los garajes y garantizar el suministro de los comercios. El alcalde ha agradecido a los residentes de Olegario Domarco su comprensión por las posibles molestias causadas por las obras.

La Comisión de Urbanismo ha aprobado la modificación del Plan General para incluir la fachada de riegos el progreso como edificio de bien protegido. Esto obliga a la protección de la fachada, y de su mantenimiento se hará cargo el Ayuntamiento. Se trata del penúltimo paso administrativo porque después tiene que aprobarse en pleno municipal. Con esta modificación se retiraría todo el apuntalamiento que durante años ha ocupado la calle y además refleja que el edificio nuevo podrá tener una planta más y así compensar a los propietarios de la pérdida de edificabilidad. Con esta modificación la actual fachada neoclásica se mantiene. Y, una vez aprobados los dos documentos comenzarán las actuaciones, según la edil de Urbanismo. Dice Ana Arabid que van a intentar que lo antes posible, no se sabe con certeza si antes de que termine la legislatura, terminen con todos los trámites administrativos. 

En las próximas semanas arrancarán los trabajos de estabilización del Molí Real. Tras formalizar el contrato con la empresa y designar la dirección de obras, la actuación comenzará en breve con el objetivo de garantizar la seguridad en el entorno del Molí y contribuir a la mejora de su conservación. Unos trabajos que se centrarán en la reparación del muro de mampostería de la fachada, el saneamiento de los socavones en la ladera provocados por el paso del tiempo y la escorrentía de las aguas. También la impermeabilización de la parte inferior para que la lluvia no afecte a este monumento declarado Bien de Interés Cultural.  La actuación se prolongará durante un período de tres meses y la inversión supera los 260 mil euros.